La añada del 2017 viene caracterizada por dos puntos importantes. La severa sequía y la helada de la madrugada del 28 de abril.
Estos dos aspectos han sido claves en la cantidad y calidad de la cosecha.
El año comenzó con un invierno seco, apenas nevó, esta ausencia de precipitaciones se prolongó durante el inicio de primavera. Durante el mes de mayo las lluvias estuvieron presentes pero ya no fueron suficientes para mantener los suelos con humedad durante todo el verano, ya que continúo con meses muy secos.
La helada primaveral fue clave en los rendimientos de 25000 ha de viñedo de Rioja Alta y Rioja Alavesa principalmente. La helada fue muy agresiva mermando las cosechas de estas fincas de una manera drástica.
Por otra parte, los viñedos no afectados fueron evolucionando correctamente, aunque en agosto se comenzaba a ver estrés hídrico en muchas plantas. El descenso de temperaturas de finales de agosto y las lluvias de la última semana de este mismo mes, dio un respiro al viñedo para poder conseguir una madurez fenolica óptima.
El conjunto de todos estos factores resultó con la vendimia más corta y temprana de la historia reciente de Rioja.